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¿Para que sirve el Jig de Lucía?

El jig de lucía es un dispositivo a medida que se coloca antes de iniciar un tratamiento de ortodoncia, o en personas con dolores de la mandíbula, para poder “desprogramar” su articulación temporomandibular, y descubrir cuál es la posición en la que sus cóndilos se encuentran totalmente “relajados”, mejorando su actividad muscular y reduciendo molestias y dolores.

Jig de Lucía en odontología

Digamos que un desprogramador de kois y un jig de lucía son “lo mismo”.

Se trata de dos formas de llevar a tu mandíbula a una posición en la que “flota”, lo que los ortodoncistas en Murcia llamamos relación céntrica.

En muchos casos relaciona los incisivos inferiores con los incisivos centrales superiores, que quedan en una “pista” por donde pueden flotar con total comodidad.

Lógicamente, la mandíbula, después de unos días, tiende a irse donde más cómoda está. Y los cóndilos a su posición ideal en la cavidad glenoidea.

Jig de Lucía confección

La confección clásica es con duralay, una resina autopolimerizable, mezclando agua fría y polvo en un vaso dappen.

Es importante recordar que en la actualidad al generar una reacción de exotermia en la boca, que además desprende calor, algunos profesionales prefieren emplear otros formatos para hacerlo…

Antes de llevarlo a la boca, habremos marcado con papel de articular (una referencia de articular de 20 micras) los contactos en los que se juntan los dientes en esa posición céntrica (para volver a colocarla fácilmente una vez insertemos el material de su confección).

Es importante que la resina tenga consistencia plástica, según las consideraciones de Ernest Mallat, si bien en muchos casos nosotros la hacemos con silicona, lo que reduce la posible toxicidad de la polimerización de la resina en la boca.

Normalmente cubre la superficie palatina y la cara vestibular de los incisivos superiores o inferiores, generando una disclusión de toda la arcada al no existir un punto de contacto claro entre ambas.

Una vez sólido, se le pide al paciente que realice varios movimientos para asegurar que la disclusión es permanente y el jig y los dientes se relacionan de la manera que buscamos en todos los movimientos de la dinámica mandibular.

Desprogramador de kois: confección

A nosotros el desprogramador de kois nos gusta bastante más como profesionales expertos en ortodoncia porque pensamos que es más cómodo para nuestros pacientes, y es importante que así sea para que lo lleven el máximo tiempo posible.

Para ello necesitamos un escaneado intraoral del paciente, que habitualmente hacemos con tecnología iTero, que nos permite medir la distancia entre cada punto de cada diente en relación de máxima intercuspidación con la pieza “antagonista” (la que choca con ella).

Además de eso, planificamos un articulador virtual que, junto con el programa orthocad de análisis dental, nos permitirá diseñar una especie de “alineador transparente” que incluye lo que sería el jig de lucía.

Es decir, que al alineador le sumamos una “pelota”.

Con esa “pelota” generamos la misma disclusión que con el jig de lucía, pero al ir sujeto a toda la arcada, y ser algo más grande, resulta mucho más estable y cómodo para aquellas personas que lo tienen que llevar durante varias semanas (más tiempo cuanto más rígida esté la musculatura desde el inicio del tratamiento).

Para eso, habituamente definimos digitalmente ese relieve que tenemos que colocar y después lo que hacemos es imprimir el modelo.

Una vez tenemos el modelo de la boca con ese “relieve adicional”, cogemos una plancha de plástico con unas características específicas (dependerá de tu boca) y lo calentamos, para después acercarlo al modelo y aplicarle un vacío negativo.

Con eso lo que conseguimos es un “alineador” sobre el modelo, una vez lo recortemos con unas tijeras.

Como ves, se trata de un proceso tecnológicamente evolucionado, alejado de las antiguas impresiones en alginato (hidrocoloide) o silicona y su posterior vaciado en escayola… pero la planificación por parte del profesional sigue teniendo que ser exquisita: la oclusión es muy difícil de registrar y la tecnología disponible hoy por hoy en 2024 no reemplaza aún al ortodoncista experto en Murcia.

Precio de la desprogramación oclusal con jig de lucía o desprogramador de kois

Este es uno de los momentos más complejos en los que hablar de precio.

Y es que la desprogramación está relacionada con algo muy difícil de prever: la respuesta de tus músculos a nuestra intervención.

Si en resolver una clase II de 2milímetros con 2 milímetros de sobremordida y una compresión de 2 milímetros de arcada estimamos 17 meses (es un ejemplo)… para desprogramarte no tenemos casi “ni idea” de si tardaremos más o menos.

A decir verdad, hay indicadores, como si eres dolicofacial (cara larga) o braquifacial (con más actividad muscular), pero no son precisos y por eso los tiempos van desde unas pocas semanas a meses.

Eso hace que una desprogramación, que en nuestra clínica forma parte de todos los tratamientos de ortodoncia en adultos, tenga un coste (incluido en nuestro tratamiento) de unos 500 a 1000 euros cuando otros profesionales nos envían a sus pacientes para desprogramarlos de manera efectiva.

Si tienes dudas, ven a consultar con nosotros en una cita de ortodoncia gratis lo que necesitas en tu caso y lo planificaremos juntos para que puedas conseguir tu mejor mordida.

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