
Sí, incluso llevando retenedores fijos los dientes pueden volver a moverse y apiñarse, porque la oclusión diaria afecta la posición del diente, y por eso es importante que después de terminar la ortodoncia sigamos haciendo revisiones con nuestro ortodoncista.
A lo largo de este post explicaremos la importancia de la retención dental, algo que es posible además combinar con sistemas de blanqueamiento para retenedores, y que supone un estímulo de cara a mantener nuestra estética dental impecable.
Y es que el movimiento dental se produce no solo con ortodoncia sino a lo largo de toda la vida.
Piénsalo: ¿cómo pasa el hilo dental a través de tus dientes? Pues “separándolos” por un momento, aunque sea muy poquito. Pues eso también se produce cada vez que masticas.
Y con el paso de los años, sobre todo si no llevas tus retenedores fijos o removibles en correcto estado, puede que los dientes tiendan a volver a su posición inicial.
Essix ¿Qué son?
Los retenedores de ortodoncia son el sistema que tenemos los profesionales para mantener los resultados de un tratamiento y evitar que los dientes se muevan.
Mantener los dientes es importante no sólo por una cuestión estética, sino también de salud, de mordida e higiene, porque después de la ortodoncia los dientes se limpian más fácilmente (por cierto, ¡también se limpian los retenedores!)
Retenedores dentales precio
El precio depende de los tipos de retenedores dentales que nos recomienden.
Clásicamente, se indicaban los retenedores hawley, de acrílico rosa y metal, pero hoy se descartan porque retienen más bacterias que los de poliuretano, y además resultan algo menos estéticos.
La ventaja de los retenedores transparentes es que incluso si los dientes se mueven un poco porque nos olvidamos de ponernoslos unos días, al colocarlos vuelven a su posición ideal: la que está en el retenedor.
Dependiendo de la clínica dental la retención oscilará entre los 100 y los 500 euros. Esta variedad depende de la clínica, el ortodoncista, la complejidad del caso o si por ejemplo el removible se coloca solo en la arcada superior o en ambos.
Respecto a los tipos de retenedores dentales removibles, diríamos que están los essix y la férula damon, muy conveniente en casos de clase II.
Retenedores dentales fijos
Si queremos evitar que los dientes se muevan a nivel anterior, los fijos tienen la ventaja de que no necesitan colaboración por nuestra parte.
Estos, por otro lado, complican algo la higiene dental porque se trata de un alambre pegado a los dientes manteniendo la posición de estos… lo que hace que muchas personas acaben utilizando retenedores removibles cuando los fijos se caen (algo que ocurre en cualquier clínica dental del mundo).
Cómo se coloca un retenedor fijo
El procedimiento de colocación de los retenedores fijos es muy delicado, por lo que lleva hasta una o dos horas el hacerlo.
Hay varias formas de conseguirlo, hoy destacaremos una de ellas.
En primer lugar, se termina el tratameinto y el profesional hace un “tallado selectivo” apra garantizar que los dientes se relacionan correctamente entre ellos. Esto supone “desgastar” algunas zonas de dientes que no se habían desgastado en la posición inicial incorrecta, pero que es necesario para que la persona que ha llevado la ortodoncia muerda bien.
Después se toman unos modelos de la boca, que pueden ser físicos, con alginato o silicona, o digitales con un escáner intraoral tipo iTero o 3Shape.
Con esos modelos el ortodoncista diseña manualmente un retenedor de alambre coaxial trenzado.
El diseño, la forma y la anatomía son muy delicados y por eso se trabajan sobre un modelo: porque es algo que debe realizarse cuidadosamente.
Piensa que, si hay un error, el alambre podría “activar” el diente como ocurre con la ortodoncia normal, y moverlo hacia una posición errónea. Así que es algo importantísimo para un profesional.
Después de esto, normalmente en otra cita, se coloca el retenedor al paciente, para lo que nuevamente se lleva a cabo un proceso con el máximo cuidado, ya que el retenedor se queda de por vida en tus dientes.
Básicamente, diríamos que se trata de:
– Aislar los dientes y evitar que la saliva contacte con ellos durante la colocación
– Limpiarlos y dejar su esmalte libre de placa, bacterias…habitualmente con un cepillo de nylon (como los cepillos de oralb)
– Colocar un ácido ortofosfórico durante 40 segundos para “preparar” la superficie del diente
– Limpiarlo con agua, y secarlo (es importante que la saliva no humedezca la zona en la que se va a pegar el retenedor)
– Poner un adhesivo, y polimerizarlo (con la típica luz de dentista)
– Instalar composite (el material que usamos para los empastes, con unas características especiales)
– Colocar el alambre que hemos doblado previamente
– Polimerizar el composite, de forma que se endurece y el alambre se queda en la posición ideal
Aunque el diseño y la confección son muy cuidadosos, puede que necesitemos ajustar la “oclusión” sobre todo en el superior, que es el que contacta con los dientes de abajo (el de abajo no contacta con los dientes de arriba, porque va por detrás).
Después de hacer eso es cuando volvemos a tomar una medida en silicona, alginato o con un escáner intraoral para generar un archivo .stl y preparamos el retenedor removible, que incluye el retenedor fijo en su estructura.
Es importante hacerlo así para que el removible proteja por las noches al fijo, sobre todo en las personas que tienen bruxismo.
Como ves, se trata de algo realmente delicado y que necesita revisiones según la periodicidad que te indique tu ortodoncista, pudiendo ser una o dos veces al año durante los primeros años y espaciándolas en el tiempo más adelante.